miércoles, 13 de junio de 2012

Análisis - Resistance: Burning Skies





Primer FPS diseñado íntegramente para los controles de la PS Vita. ¿Quiéres saber más sobre que nos depara este juego? Da el salto, y te lo contamos.




Nihilistic son los creadores de esta versión de Resistance para la flamante consola portatil de Sony. El primer Shooter de la consola, encabezado por el control del doble stick analógico, como si de una sobremesa se tratara.

No voy hacer comparaciones de los diferentes juegos de la saga; hoy en día las sobremesas van sobradas de títulos FPS, y este, es el que inaugura la PS Vita y como tal lo vamos a calificar. 




Nos situamos en lo acontecido entre el Resistance 1 y 2 de su hermana mayor. Nos encontramos en EEUU como el bombero Tom Riley. Un héroe poco carismatico y falto de ideas. Norte América esta siendo invadida por las quimeras; ni corto ni perezoso Tom coge un arma, y se lia a tiros, para entender que esta pasando. El juego transcurre sin interés alguno en la historia por lo menos hasta la tercera parte del mismo. Personajes planos, sosos, y con poderes de telestransportación (¿alguien a visto la velocidad hipersónica de Ellie para moverse por los escenarios?). Momentos poco épicos y quedando  exageradamente fuera de contexto sin saber a ciencia cierta que ocurre en la pantalla hasta que no termina la secuencia y entiendes los sucedido. Como digo, la historia es irreverente y lo único salvable son las 2 últimas horas del juego. 6 son las que dura la campaña, rejugarlo no tiene sentido.

Los trofeos son otro cantar en este juego, saltan sólos, y haces el platino de una tacada sin repetir nada (para los caza logros, este juego les vendrá de lujo).

Gráficamente, mejora muchos enteros según avanzamos.


En el apartado visual notamos un salto muy exagerado entre la primera mitad del juego y la segunda. Pasando por unos modelados, texturas, errores gráficos que te hacen sangrar los ojos, hasta unas de las mejores texturas, iluminaciones, y escenarios, que ya quisieran muchos juegos de las sobremesas. Quimeras que desaparecen un segundo después de morir, texturas de todo el escenario sin cargar durante casi un minuto, y nuestra querida compañera de armas, que aparece y desaparece a su antojo, te metes por un túnel que apenas cabe el trasero de nuestro héroe dejando atrás a Ellie, y nada más salir del mismo, ya la tenemos en la siguiente habitación. Al principio te llama mucho la atención estos errores, luego, con el paso del tiempo, te hacen gracia.

Efectos de luces muy trabajados.


El sonido tampoco esta libre de pecado, una banda sonora bastante decente, y con un doblaje cumplidor como los mejores. Pero el sonido de los efectos, hacen que nos tapemos los oídos. Explosiones que suenan como una cajetilla de tabaco cayendo al suelo, armas sonando a destiempo, primero disparamos y segundos despues escuchamos los mismos. Poco repertorio de los mismos, todo suena igual, y en un juego de disparos, este fallo canta y mucho. 

Según os cuento, os podéis hacer la idea de que el juego es una soberana porquería, pero no es así, el conjunto de todo hace que tengamos un juego cumplidor, entretenido y divertido. Sobre todo si dejamos pasar un poco por alto esos errores. Tenemos enemigos con una IA bastante trabajada, aunque a veces hacen cosas que no se entienden. Un amplio repertorio de enemigos, desde arañas-escorpiones hasta unos mostrencos gigantescos. Podremos mejorar nuestras armas, que son muchas y variadas, rifles, francotirardor, lanzacohetes, escopeta-ballesta, perforadoras, etc. Las mejoras se aplican con unos cubos de rubik azules, tendremos tres opciones por lado del arma, unas destinadas al modo disparo normal (cargador, velocidad, etc.) y otros al disparo especial (más veces, más potentes, etc.). Sólo podremos activar una de cada en cada arma.

Esto es uno de los grandes.


El control es preciso, y una de las mejores cualidades de la consola, son esos stick analógicos haciendo del control una delicia. Botones bien ubicados, gatillos cómodos y muy bien implementado las recargas, el correr, agacharse y cambiar de arma (los mismos que en el Call of Duty). Pero, siempre tiene que haber un pero, las granadas y el disparo especial de cada arma, es horrendo. Tienes que tocar la pantalla para hacer ese disparo especial, ya sea dando un toque, o describiendo una forma que indican en pantalla, teniendo que dejar el segundo stick para poder cumplir el requisito, y claro, si movemos con el stick derecho, disparmos con el dedo derecho, y no lo tenemos puesto en su sitio, vendrá una quimera y nos matará gustosamente. Las granadas son exactamente igual, y más de una vez te acordarás del diseñador de turno. Lo fácil hubiera sido destinar un botón del D-pad para elegir si quieres disparo especial o granada y manejarlo con la parte táctil trasera de la consola; seguro, que hubiera sido mejor opción sin lugar a dudas.

La escopta-ballesta, seguro que más de uno la conoce muy bien en el Multiplayer.


Nos metemos de lleno con el Multiplayer. Sorprende lo bien implementado que esta el juego en su versión online. Ya sea las salas de espera, que la personalización de las armas, y el modo de juego; no envidiando en ningún momento al sistema de una sobremesa. 8 jugadores como máximos en 6 mapas diferentes, variados modos de juego, que no innovan en absoluto, pero funcionan a la perfección. Lo malo, es que para poder entrar a jugar, te puedes tirar entre 5 y 15 minutos largos, para poder entrar a una partida, sin que se vaya la conexión, los compañeros, o tu mismo porque no arranca. Eso sí, una vez lo consigues, un multijugador sin Lag, sin interrupciones, tirones, ni nada que haga de la experiencia de juego un verdadero vicio.

Por todo esto, es un juego imprescindible para los que le gusten mucho los FPS, y recomendable para el resto.






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